Hace casi diez años, el 2 de abril de 2007, la New Century Financial Corporation se hundía. Esta quiebra del segundo proveedor más importante de préstamos hipotecarios subprime en Estados Unidos iba a desatar una crisis financiera sin precedentes desde 1929. Hoy, el capitalismo aún no se ha recuperado de aquello. Crecimiento átono, subempleo endémico, perspectivas sombrías… Los bancos centrales rompieron (casi) todos sus tabúes para ampliar su abanico de medios de intervención. Lamentablemente, sus acciones han llegado al límite. El intento por volver a infundir un poco de vida al neoliberalismo fracasa.
Sin embargo, los poderes públicos no escatimaron esfuerzos. Durante el invierno 2008-2009, los países ricos movilizaron el equivalente al 50,3% de su Producto Interior Bruto (PIB) –su producción de riqueza anual– para intentar reanimar un sistema financiero al borde de la apoplejía. Recapitalizaciones o préstamos excepcionales para los bancos en dificultades, inyección de liquidez adicional para reactivar el (...)