Atacar
Imaginemos por un instante que se publicara en la prensa rusa una tribuna en la que se propusiera realizar un ciberataque para desestabilizar a Estados Unidos y precipitar la caída de su Gobierno. Esta idea, expuesta en The Wall Street Journal (13 de febrero de 2018) pero a propósito de Rusia, no provoca ninguna indignación.
Conforme a la teoría según la cual la mejor defensa es el ataque, ¿por qué no se plantearía Washington lanzar una ciberofensiva contra el Kremlin? Un asalto selectivo podría perturbar la estabilidad del régimen de Vladímir Putin. Un elemento clave de esta ofensiva furtiva sería el hackeo de los medios de comunicación oficiales rusos, en particular del Kremlin, de los ministerios gubernamentales, del Parlamento, de las principales empresas y partidos políticos vinculados al poder, así como la correspondencia privada entre los altos responsables. (…) La ofensiva estadounidense podría prolongarse más allá de las elecciones rusas, (...)