Si el documentalismo fotográfico se identifica con las ciencias sociales, la buena fotografía de naturaleza se basa en las ciencias naturales. Así lo ha entendido siempre Andoni Canela (Tudela, Navarra, 1969), uno de los más grandes fotógrafos de esta especialidad, que trabaja siempre asesorado por especialistas. Canela entiende su trabajo como una experiencia de solitario acercamiento a mundos salvajes, al rastro cada vez más débil que nos mantiene vinculados con nuestros ancestros del Paleolítico superior que hace 40.000 años representaron en Altamira y otras grandes cuevas la maravilla de un mundo poblado de impresionantes especies animales, libres y abundantes; un mundo en el que los humanos todavía contemplaban al resto de seres animados como compañeros de vida, a los que se pedía perdón por tener que darles caza.
En Canela pervive la esencia del cazador respetuoso con su presa, que sólo concibe su actividad como un cara a cara con un (...)