¿Sigue siendo concebible la unidad árabe en una época y en un espacio marcados por una fragmentación y una conflictividad sin precedentes? El ideal de una misma nación, que nació en su forma moderna a principios del siglo XX, puede parecer más quimérico que nunca. No obstante, continúa alimentando numerosos esfuerzos para estrechar la cooperación entre los Estados de la región. A pesar de que el viejo sueño del panarabismo se ha desvanecido, lograr una mayor integración económica y política sigue siendo un objetivo decisivo para todos los pueblos de la región, ya sean árabes o no.
En efecto, la mayoría de los países concernidos solo podrán superar su debilidad estructural reforzando sus vínculos vecinales. Las diferencias entre ellos son enormes. En el plano demográfico, una nación como Egipto, con sus cerca de cien millones de habitantes, supera con creces a un pequeño reino como Bahréin, cuya cifra de habitantes es (...)