Comprender la realidad es hoy más importante que nunca. Nuestra sociedad “global” se caracteriza por mutaciones cruciales que se suceden aunque no las comprendamos, mientras la historia se está acelerando de modo excepcional.
El cuadro que tenemos frente a nosotros es el de un mundo en rápida mutación, donde las potencias emergentes comienzan a pretender el espacio que les corresponde en proporción a su fuerza acrecentada, y aquellas en declive se preparan a combatir para no perder sus privilegios, mientras la interdependencia económica general produce a menudo resultados no deseados a la acción política de los gobiernos.
No comprender la dialéctica de los acontecimientos que dominan el mundo significa ser testigo impotente o víctima de los eventos.
En la actualidad la burguesía selecciona y forma con cuidado a sus propios cuadros dirigentes, aunque dirigiéndose a las grandes masas juveniles ha quedado reducida a la apología del desinterés, algunas veces llegando a divulgar como (...)