Las desigualdades entre mujeres y hombres en la vida profesional, siempre importantes, se amplifican en la jubilación. Si los salarios femeninos son en promedio inferiores en una cuarta parte, las pensiones de derecho directo lo son en un 42%.Y se entiende: las mujeres perciben en promedio remuneraciones menores (incluso a función y tiempo de trabajo iguales), trabajan a menudo a tiempo parcial y tienen una vida laboral más corta debido a las interrupciones vinculadas al cuidado de los hijos. Ahora bien, el salario y la duración de la carrera son los dos principales componentes del cálculo de la pensión.
El sistema de jubilación, y más globalmente, la protección social, fueron concebidos hace setenta años sobre el modelo del hombre como sostén de la familia, que trabaja a tiempo completo sin interrupción y goza de derechos directos, y de la mujer en el hogar, beneficiaria de los derechos derivados de su estatus (...)