“¿Investigar? Imposible”

“S. M. el Rey preside la ceremonia de la puesta en marcha del nuevo plan de reforma de la inversión”. “S. M. el Rey inaugura la autopista de circunvalación de Rabat, de una inversión global de 3.200 millones de dirhams”. “S. M. el Rey ha inaugurado un centro para niños abandonados”. Si se hojean las portadas de los principales periódicos marroquíes (Le Matin, L’Opinion y L’Économiste, francófonos; Al-Massae, Akhbar Al-Youm y Assabah, arabófonos), sólo se trata, cada día, de cantar alabanzas a “Su Majestad el Rey” (Jalalatou al-malik en árabe), a sus acciones a favor del desarrollo del país, a su generosidad con los pobres. Para los que no saben leer (el país cuenta con una tercera parte de analfabetos), las cadenas de televisión divulgan los mismos mensajes a la gloria del Monarca y de sus admirables acciones. No existen opiniones críticas en ninguna parte, nunca hay ninguna investigación que pueda molestar verdaderamente (...)