En Kibera, el mayor barrio de chabolas de Nairobi pero también de África, una joven barre la entrada de su tienda fabricada con chapa ondulada, la cual, con apenas un metro cuadrado, está provista de una minúscula ventanilla. Maureen Nyambura, de 23 años, vende tarjetas telefónicas y servicios de transferencia de dinero al por menor. La competencia causa estragos en este cruce de calles sin asfaltar cercano al centro de la capital keniana. Airtel, Safaricom… En diez años, las marcas de telefonía móvil y la banca móvil han florecido por todas partes.
Un cliente deposita en el mostrador un billete de 1.000 chelines (8,60 euros); a continuación, Nyambura se encarga de enviar ese dinero a un número de teléfono vía M-Pesa, el monedero electrónico creado en 2007 por ingenieros locales. Gracias a esta tecnología, que se ha dispersado por África Oriental y Austral, se puede recaudar en los múltiples puntos de (...)