Portada del sitio > Mensual > 2012 > 2012/12 > Europa frente a la hegemonía alemana

De la solidaridad al vasallismo

Europa frente a la hegemonía alemana

Amenazas, propuestas agridulces... La negociación del presupuesto para 2014-2020 de la Unión Europea divide a los Veintisiete. Si bien la voluntad británica de conseguir una “rebaja” focaliza la atención, es en realidad el conjunto del proyecto europeo el que vacila. Crispados por el objetivo de reducir un presupuesto ya limitado al 1% del Producto Interior Bruto de la UE, los países del Norte se enfrentan a los del Sur, que, en nombre de la solidaridad, reclaman mayores medios. Una vez más, Berlín lleva la voz cantante.

por Perry Anderson, diciembre de 2012

A juzgar por algunos de los más controvertidos galardonados –Menahem Begin, Henry Kissinger y Barack Obama–, el novelista Gabriel García Márquez solía decir que el Premio Nobel de la Paz debería rebautizarse “Premio Nobel de la Guerra”. Este año, el laureado muestra un perfil un poco menos belicoso, pero igualmente propicio para la burla. Dichosa Unión Europea, gratificada con lo que quedará en los anales como ¡el Premio Nobel al narcisismo! Una vez más, la Academia de Oslo se superó. Para no decepcionar el año próximo, sólo le queda otorgarse el premio a sí misma.

La recompensa concedida a Bruselas y Estrasburgo –que ambas se disputan duramente– se produce por cierto en el mejor momento. Durante los primeros años del siglo XXI, la vanidad europea parecía haber alcanzado su punto culminante. La Unión se consideraba, retomando la expresión del historiador británico Tony Judt, como el “parangón” universal del desarrollo social y (...)

Este artículo está reservado a suscriptores.

Si usted es suscriptor, introduzca sus datos a continuación para continuar con la lectura.


¿Todavía no es suscriptor?

Elija su fórmula de suscripción y cree su cuenta.

NECESITAMOS TU APOYO

La prensa libre e independiente está amenazada, es importante para la sociedad garantizar su permanencia y la difusión de sus ideas.

Artículo anterior

¿Paz en Colombia?

Artículo siguiente

La estela del Prestige