Los partidarios de la Unión Europea (UE), al preguntarles sobre el déficit democrático de ésta, tienen en general una respuesta fácil: el Parlamento Europeo. Subrayan que a cada extensión de las prerrogativas de la Comisión le corresponde una extensión “compensatoria” de los poderes de la Asamblea de Estrasburgo en el marco de la “codecisión”. Pero, ¿de qué se trata? La codecisión, o proceso legislativo ordinario, tiene como objetivo cimentar el consenso entre la Comisión (la única que puede proponer directivas y reglamentos europeos), el Parlamento (que puede enmendarlos) y, por último, el Consejo de la Unión Europea (instancia interestatal sin la cual no se puede adoptar ninguna decisión). Pero en realidad, a grandes rasgos, el Parlamento sólo dispone de dos opciones: proponer enmiendas aceptables o resignarse con ser ignorado.
El Parlamento, y por lo tanto la codecisión, está en manos de los dirigentes de los principales grupos políticos: el Partido Popular (...)