Está claro que remitirse a la clásica escena en la que algunos rumiantes con cuernos descansan sobre el asfalto y bloquean despreocupadamente el paso de automóviles y de motocicletas no basta para dar cuenta de lo que representan las vacas en la India. Su sacralidad, instituida por los brahmanes, sólo puede entenderse si se consideran los orígenes del nacionalismo indio. La vaca fue un “animal político” durante la dominación mongola –del siglo XII al XIII– y, más adelante, cuando la India era colonia británica –en el siglo XIX–. Su protección se enmarcaba en la creación de una teología unificadora de la comunidad hindú, a la que hoy se denomina hindutva (hinduidad). Ésta asimila la nación india a la mayoría hindú y reprime a las minorías que comen carne vacuna –en primer lugar, las de los 177 millones de musulmanes (el 14% de la población)–.
Hoy en día, esta ideología es defendida (...)