En el distrito de Neihu, en las afueras de Taipéi, el Instituto Americano en Taiwán (AIT, por sus siglas en inglés) tiene una apariencia relativamente discreta. Ni bandera, ni marines armados, ni coches con matrícula diplomática; solo un escudo que representa el águila de Estados Unidos en la puerta principal nos recuerda a quién pertenece el edificio. Inaugurado en 2018, el instituto ha querido alejarse del distrito de Xinyi, donde suelen encontrarse la mayor parte de las estructuras diplomáticas de todo el mundo, “representaciones” de Estados, y no embajadas, porque la mayoría de las naciones no reconocen a Taiwán como país.
Valorada en 255 millones de dólares (al cambio, aproximadamente 190 millones de euros), la “embajada de facto”, como se la conoce, tiene sin embargo unas dimensiones colosales. Si añadimos las oficinas de Kaohsiung, la segunda ciudad de la isla, la presencia estadounidense cuenta con una plantilla de cerca de 500 (...)