Berlín, un jueves de primavera, poco antes de las seis de la tarde. Los estudiantes se dispersan, ya lejos de los anfiteatros de la Universidad Humboldt, con la cabeza todavía llena de las últimas clases de la jornada y el espíritu puesto en los próximos exámenes de fin de semestre. Sólo la sala 1.103, en el primer piso, está todavía ocupada por un pequeño grupo de jóvenes que tienen en sus manos un folleto rojo titulado: “Venezuela: ¿el socialismo del siglo XXI?”. En algunos minutos, Andrei Holm, un sociólogo de la Humboldt, va a presentar un documental sobre la nueva auto-organización en los barrios pobres de Caracas. Por el momento, todos están inquietos: ¿cuántos estudiantes se habrán llevado los folletos depositados desde hace semanas en las aulas y los restaurantes universitarios?
Estos jóvenes forman parte de la Asociación Estudiantil Demócrata Socialista (Sozialistisch-Demokratischen Studierendenverband, SDS), una organización al mismo tiempo antigua y (...)