Había que ver el aire desconcertado de François Fillon. Ese 14 de octubre de 2008, Yves Cochet defendía la tesis del decrecimiento desde lo alto de la tribuna de la Asamblea Nacional. Al diagnosticar una “crisis antropológica”, el diputado Verde de París afirmaba, en medio de las exclamaciones de la derecha, que “ahora la búsqueda del crecimiento resulta antieconómica, antisocial y antiecológica”. Su llamamiento a una “sociedad morigerada” no tenía ninguna posibilidad de ganar la adhesión del hemiciclo. Sin embargo, la provocadora idea de “decrecimiento” logró abrir las puertas del debate público.
La recesión también pasó por ese debate. Seguramente, el decrecimiento “no tiene nada que ver con su inversa aritmética del crecimiento”, como lo señala Cochet, el único político francés de envergadura que defiende esta idea. De todas maneras, el cuestionamiento del crecimiento aparece como una consecuencia lógica de la doble crisis económica y ecológica que sacude al planeta. De (...)