Desde finales de los años 1960 la preocupación por la Ecología se ha ido adentrando paulatinamente en la conciencia colectiva hasta convertirse en un asunto de carácter transversal incorporado al ideario de partidos político e instituciones. También este interés ha llagado al mundo de Dios.
Pero a pesar de que la mayor parte de las religiones defienden que el mantenimiento del equilibrio entre el ser humano y su entorno forma parte de sus mitos fundacionales, la militancia en pro la conservación de la naturaleza en el seno de las organizaciones religiosas es un fenómeno reciente y generalmente defendido desde posturas radicales como la de Leonardo Boff. En ese contexto nacieron neologismos tales como Eco-teología, Teología medioambiental o Eco-fe. En el caso de las religiones del libro, su aproximación a un asunto como el que nos ocupa es muy similar y se basa, fundamente, en su visión holística de la obra (...)