“Luchamos por el trabajo, la tierra, un techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad. Democracia, justicia y paz. No dejaremos de combatir antes de haber obtenido satisfacción y formado un gobierno libre y democrático para nuestro país”. Los términos de la primera declaración de la Selva Lacandona, difundida el 1 de enero de 1994 en el sudeste mexicano, no se prestan a equívoco. Su resolución y evidencia remiten al perfil de la organización que la firma, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Un “ejército” de algunos miles de indios mayas, provistos o no de verdaderos fusiles, con el rostro muchas veces escondido tras un pañuelo o un pasamontañas, y que se apoderaron de cuatro localidades importantes del Estado de Chiapas, ¡el mismo día de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA) entre México, Estados Unidos y Canadá!
La sorpresa de las autoridades estuvo a la altura de (...)