En el patio de una casa en el centro de Dusambé, la capital de Tayikistán, decenas de mesas están repletas de aperitivos, fruta, abultadas tortas de pan y refrescos fluorescentes. Este sábado, a las siete de la mañana, bajo ya un intenso sol, los invitados llegan para degustar el plov –plato tradicional que consiste en un estofado de arroz pilaf, cebolla, zanahoria y carne– que ofrecen los padres de Kovous, el recién casado. Los hombres del vecindario, con su tubeteiko negro adornado con arabescos blancos, hacen los honores a esta comida matinal.
- Selçuk
Durante la víspera, Kovous acudió a casa de su prometida, donde un mulá selló su unión. Hoy tiene que ir a buscarla, acompañado de su familia y de sus amigos, y llevarla a casa de sus propios padres. Berlinas marca Mercedes y limusinas blancas alquiladas (...)