El 2 de marzo de 2011, ante los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, Hillary Clinton pronunció las palabras que el emir de Qatar y los dirigentes de Al-Jazeera esperaban desde 2001. Estados Unidos, explicó la secretaria de Estado, “pierde la guerra de la información” en el mundo, debido a las grandes cadenas de televisión privadas estadounidenses “que difunden millones de spots publicitarios y debates entre expertos”, mientras que “la audiencia de Al Jazeera en Estados Unidos aumenta porque aporta noticias reales”. Y la señora Clinton añadió, dirigiéndose a los senadores: “Estén de acuerdo o no, [Al-Jazeera] es verdaderamente poderosa”. Está “cambiando las mentalidades y los comportamientos”.
Aunque interesado –Clinton defendía el presupuesto de su ministerio–, este reconocimiento del papel y del impacto internacional de Al Jazeera adquiere una especial resonancia en el contexto de un mundo árabe convulsionado. En el plano regional, el canal ha impuesto (...)