A finales de 2021, cuando un tertuliano de extrema derecha de la cadena de televisión francesa CNews se convirtió en el candidato a las elecciones presidenciales preferido del conglomerado empresarial Bolloré [NdlR: principal accionista del grupo de medios de comunicación Vivendi], el establishment francés pareció sorprendido de que uno de los pilares del capitalismo nacional apoyara abiertamente unas posturas tan reaccionarias. Decir que el tándem formado por Éric Zemmour y Vincent Bolloré avergüenza a las élites económicas se queda corto: frente a una extrema derecha atrasada y bestial contra la que resulta cómodo movilizarse, esta pareja es la personificación de una burguesía conservadora, refinada y brutal. Aunque sin duda menos escandalosa que sus dos portaestandartes, cuyas inclinaciones políticas, proclamadas sin ambages, incomodan al mundo de los pudientes. Para la clase dirigente, el año 2022 comienza con una ecuación irresoluble: ¿cómo criticar a Zemmour-Bolloré sin salpicarse?
Aclamado por la prensa y sus (...)