Cuando va a cumplirse el tercer aniversario de la llegada al Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, la imagen que ofrece el panorama político español es desconcertante: más de tres años sin asesinatos por parte de ETA (hasta el pasado 30 de diciembre con la explosión de la bomba del aeropuerto de Barajas), una eficaz lucha contra la corrupción, un fuerte crecimiento económico y la tasa de paro más baja desde 1979, en vez de conducir a la calma, el sosiego y el entendimiento se han visto acompañados por un griterío político apocalíptico por parte del PP (Partido Popular, la derecha en la oposición), que presenta a España como un país al borde de la desaparición, acusa al Gobierno de fortalecer a los terroristas y traicionar a las víctimas, y sugiere que los socialistas formaron parte de una conspiración para impedir el triunfo de la derecha en las elecciones (...)
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Reforma de estatutos, proceso de paz y memoria histórica
Zapatero y la herencia del franquismo
A tres años de la victoria electoral de los socialistas, liderados por José Luis Rodríguez Zapatero, y en vísperas de las importantes elecciones municipales del próximo mes de mayo, España vive en un clima de fuerte crispación política. Crispación que no se debe a la situación económica, dado que el crecimiento es alto y el índice oficial de desempleo está en su nivel más bajo desde 1979, sino a la actitud de una derecha que se ha vuelto muy agresiva por las reformas emprendidas por Zapatero, quien intenta liberar finalmente a la democracia española de la huella del franquismo.
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