La red Internet fue desarrollada por hackers, estudiantes y jóvenes ingenieros en informática, influidos por la contra-cultura y, por lo tanto, refractarios a las formas tradicionales de autoridad y jerarquía. El único valor aceptable a sus ojos era la competencia técnica, reconocida por sus pares con total independencia. La noción de conocimiento autónomo adquirió más importancia todavía con el desarrollo del software libre, un ámbito en el cual las remuneraciones no son financieras, sino simbólicas. Hoy en día, la apertura de la producción independiente en línea a los no hackers, la “Web 2.0”, cambia completamente la concepción tradicional del conocimiento, con consecuencias que a veces resultan molestas. Pero también abre nuevas posibilidades de compromiso político.
Los proyectos contemporáneos en línea se constituyen en oposición a los poseedores tradicionales de la autoridad. Como el código informático, las informaciones se producen con independencia de las instancias estatales o comerciales. En los weblogs y (...)