“Una solicitud irresponsable”, consideró Lucia Kovarovic Makayová, la portavoz de Volkswagen (VW) en Eslovaquia, cuando los obreros reclamaron un aumento salarial del 16%. No obstante, el pasado 26 de junio, tras seis días de una huelga ampliamente seguida, los 12.500 empleados del grupo obtuvieron el 14,1% adicional en dos años, además de la revisión de la tabla salarial, con bajos índices, una prima inmediata de 500 euros y un día libre adicional.
“La huelga rugió como una tempestad tras un largo periodo de silencio –cuenta Ján Macho, responsable del control técnico de los motores en la fábrica de Martin y delegado de Moderné Odbory (“El sindicato moderno”)–. Los inversores saben que los eslovacos trabajan bien y nunca protestan. Se aprovecharon al máximo del elevado nivel de desempleo y del miedo de los asalariados a perder lo poco que tenían. Pero en la actualidad, nuestro nivel de cualificación nos permite no dejarnos (...)