En 1993 y 1994, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas creó dos tribunales penales internacionales, uno para la antigua Yugoslavia (TPIY) y otro para Ruanda (TPIR). Estas innovaciones judiciales generaron una dinámica que condujo al nacimiento de una instancia universal, el Tribunal Penal Internacional (TPI), mediante el Estatuto de Roma, que entró en vigor el 1 de julio de 2002. Esta ha coexistido con tribunales penales ad hoc: Camboya, Sierra Leona, Líbano, etc.
Actualmente, 123 de los 193 países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son miembros del TPI, con la excepción notable de algunos de los Estados más poderosos: Estados Unidos, Rusia, China, la India, Israel, así como la mayoría de los países árabes (excepto Jordania y Túnez, así como Palestina, Estado observador no miembro). Sin embargo, a menudo los dirigentes de esos pesos pesados figuran entre los autores de los crímenes más graves (de (...)