En estos últimos meses, las noticias procedentes del espacio arabófono han estado dominadas de nuevo por imágenes de movilizaciones populares que recuerdan la onda expansiva revolucionaria que sacudió la región en 2011. Se han organizado movimientos en Sudán, el 19 de diciembre de 2018, y en Argelia, con las grandes manifestaciones del viernes 22 de febrero de 2019. En una sorprendente ilustración de la teoría del dominó, reavivaron el recuerdo de la primera fase, masiva y pacífica, de las transformaciones que experimentaron, hace ocho años, otros seis países de la región: Túnez, Egipto, Bahréin, Yemen, Libia y Siria.
No obstante, los analistas han manifestado más circunspección esta vez y la mayoría formula sus juicios de forma interrogativa, al igual que el titular del presente artículo. La razón se encuentra en la amarga desilusión que sucedió a la euforia de la “primavera árabe” de 2011. La represión de la sublevación bahreiní, unas (...)