Dar una definición de la ciencia ficción (CF) es una tarea ardua. Uno de sus maestros, Isaac Asimov, se arriesgó con una: “Una rama de la literatura que se preocupa por las respuestas del ser humano a los avances de la ciencia y la tecnología”. Nacida hace mucho tiempo, puesto que ya se percibe su sombra en la epopeya de Gilgamesh (siglo XVIII a. C., como mínimo), conoció a principios del siglo XIX una brutal expansión, que reflejaba la aceleración del progreso técnico.
Conviene diferenciar dos planteamientos dentro del género: la ciencia ficción fantástica y la ciencia ficción de anticipación, cuya última manifestación se denomina ciberpunk. La primera, del space opera –de la que Dune, de Frank Herbert, es uno de los ejemplos más famosos– a lo posapocalíptico –como La Horde du Contrevent, de Alain Damasio, o La carretera, de Cormac McCarthy–, “puede a menudo describirse con la expresión ‘en otra (...)