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Wal-Mart

Resistencias populares

por Olivier Estèves, enero de 2006

En la época en que Emile Zola daba los últimos toques a El Paraíso de las damas (1883), al otro lado del Atlántico ya existían cadenas de grandes tiendas. En efecto, mientras comercios como Le Bon Marché, Le Louvre, La Samaritaine o Le Printemps, eran un fenómeno circunscrito a la ciudad de París, Woolworth, fundada en 1879 en Lancaster (Pennsylvania), ya poseía 59 sucursales en 1900 en EE.UU . Veinte años más tarde las radios locales estadounidenses, principalmente en Luisiana, se hacían eco de la oposición a esos monstruos devoradores de la competencia, difundiendo consignas como: “Pueblo de América, ¡despierta! Podemos vencer por K.O. a esas cadenas de grandes tiendas”.

Un siglo más tarde, la llegada del mastodonte Wal-Mart causó la quiebra de decenas de miles de comercios, de proveedores y de subcontratistas de todo tipo. Un buen ejemplo es el Estado de Iowa. Según un estudio realizado por el profesor (...)

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DossierWal-Mart al asalto del mundo

Desde comienzos del siglo XX, el “modelo Ford” ha dominado la economía mundial. Éste postulaba que el enriquecimiento, relativo, de los empleados y la garantía de sus puestos de trabajo les permitiría ser buenos clientes de la industria y de esta forma contribuir, sin problema alguno, a una producción creciente.
  • Wal-Mart al asalto del mundo

    Desde comienzos del siglo XX, el “modelo Ford” ha dominado la economía mundial. Éste postulaba que el enriquecimiento, relativo, de los empleados y la garantía de sus puestos de trabajo les permitiría ser buenos clientes de la industria y de esta forma contribuir, sin problema alguno, a una producción creciente.
  • Wal-Mart al asalto del mundo

    Serge Halimi
    En 1992 el presidente estadounidense expuso la siguiente fórmula: “El éxito de Wal-Mart es el mismo que el de Estados Unidos”. Desde entonces, la multinacional de la distribución se ha convertido en la empresa más grande del mundo. Y el dumpin social que ejerce contamina la economía occidental.
  • Las costureras del Sur

    Jean-Christophe Servant
    Poco exigente acerca de las condiciones de trabajo en las empresas de las que se abastece, Wall-Mart subcontrata una gran parte de sus productos en África, en América Latina y, de ahora en adelante, en China, donde los sueldos son aún más bajos.
  • Patronos, no: “dirigentes a nuestro servicio”

    Barbara Ehrenreich
    En su obra Por cuatro duros. Cómo (no) apañárselas en Estados Unidos (Editorial RBA, Barcelona, 2003), cuenta su experiencia como empleada de Wal-Mart, con un sueldo de 7 dólares la hora. El siguiente pasaje evoca la imagen que la empresa quiere proyectar de sí misma y que transmite a sus nuevos empleados.

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