En Francia se descubrió a Bertolt Brecht en 1954, con la presentación, por parte del Berliner Ensemble, de Madre Coraje y sus hijos en el Festival Internacional de Teatro de París, un acontecimiento sin precedentes. El Teatro Nacional Popular (TNP), los teatros surgidos con la descentralización, las compañías: todos alababan y se sumaron rápidamente a la revolución que el dramaturgo alemán proponía en la escritura y la práctica teatrales. No obstante, este impulso se irá debilitando progresivamente, y los temas de la obra comenzarán a ser ocultados, cuando no deformados. Las razones de esta eliminación explican, sin duda, un fenómeno inverso en la actualidad: el regreso de Brecht.
Lo que se alababa en los años 1950 en Francia (y también se criticaba con fuerza, en particular en los periódicos de derechas como Le Figaro) era la radicalidad de una estética que contenía una lectura marxista del mundo y, por lo (...)