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Vigiladores y libertades individuales

¿Quién nos protegerá de quien nos protege?

La inseguridad se ha convertido, en pocos años, en uno de los temas principales del discurso político para todos los partidos. El plan Vigipirate se lanzó en Francia en 1978 para luchar contra cualquier amenaza de desestabilización interior que proviniera de una potencia extranjera. Jamás abrogado, sino reactualizado tras los atentados del 11 de Septiembre, esta vez para luchar contra el terrorismo, se ha transformado en el “Vigipirate” reforzado en el cual también participa el ejército. Alimentado por el clima de inquietud, la participación de empresas privadas en misiones de seguridad pública va aumentando: guardias jurados en aparcamientos o en supermercados, guardianes con perro, alarmas conectadas a centrales de intervención, vigilantes… Gracias a las empresas de seguridad, el orden reina sin que la policía tenga necesidad de estar presente. Pues, aunque las funciones de estos Agentes de Prevención y de Seguridad (APS) sean ante todo de orden “económico”, su banalización y los poderes de control que ellos se arrogan, en las fronteras de la legalidad, ponen en riesgo las libertades públicas. Y esto tiene mucha importancia, aunque los ciudadanos parecen acomodarse a la situación.

por Martin Mongin, enero de 2008

Ya sea en nuestro entorno cotidiano o en el conjunto del territorio, el número de vigilantes no deja de aumentar. Supermercados, aparcamientos, galerías comerciales, oficinas, estaciones, vías públicas, universidades, museos, espectáculos culturales y deportivos, e incluso bibliotecas municipales: ya no existe un lugar en el que no se dibuje la silueta de estos “profesionales de la seguridad” y su mirada suspicaz dirigida a las multitudes. Nos acostumbramos a su presencia. Nos acostumbramos a dar contraseñas y abrir nuestros bolsos. Dejamos dócilmente que nos llamen al orden.

Ciento cincuenta mil vigilantes asalariados en Francia en 2007; crecimiento promedio anual de efectivos desde 1998: 8,5% (5,5% en 2005-2006); perspectivas para 2015: 60.000 puestos por cubrir. La aplicación generalizada del plan “Vigipirate” y la lucha contra el terrorismo sirven de fáciles pretextos para que todos y cada uno dote a su negocio, su establecimiento, sus instalaciones, de estos Agentes de Prevención y Seguridad (APS). (...)

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