El arte de la gran pantalla ha sido con diferencia el arte del siglo XX. En menos de medio siglo hemos pasado de la pantalla espectáculo a la pantalla comunicación, de la unipantalla a la omnipantalla: es la era de la pantalla global.
Pantallas de cine, de televisión, de ordenador, de videojuegos, de agenda electrónica, de teléfono móvil, de GPS, táctiles, de vigilancia, de Internet, y todas las pantallas del mundo en un mundo que filtra la realidad a través de las pantallas. La vida se ha convertido en un espectáculo de consumo de masas y la realidad necesita ser filmada y verse en una pantalla para que se considere real. Lo prueban las nuevas formas de hacer cine (tecnología digital, caída de la primacía del argumento), las nuevas retóricas de la televisión (reality-shows, deportes con efectos especiales), el cine “anticanónico” de los países oprimidos, el meteórico ascenso de la publicidad, (...)