Los libros que reflejan en términos concretos y no generales la represión franquista durante la postguerra (1939-1975) llegan con cuentagotas a las librerías. Cierto es que, entre los años 1960 y 1980, algunos autores abordaron ese periodo con sumo talento. Podemos citar, por ejemplo, a mujeres como Juana Doña y Tomasa Cuevas que escribieron impresionantes testimonios vividos directamente. Y hubo –y hay– historiadores como Ricard Vinyes, Julián Casanova, Marta Núñez Díaz-Balart y Francisco Espinosa –por citar a algunos, plenamente reconocidos– que supieron tratar aquella tragedia en su verdadera dimensión.
Es una lástima que un libro reciente como las memorias de Marcos Ana –el poeta que cumplió más de veinte años de cárcel por razones políticas–, de elevada calidad, haya tenido escasa repercusión. Las editoriales con más capacidad de difusión parecen remisas a dar a conocer textos distintos a los que no se puede achacar que violan los principios de lo políticamente (...)