A mediados de noviembre, las autoridades de Teherán intensificaron la represión en el noroeste del país, donde vive la mayor parte de la comunidad kurda. La ciudad de Mahabad fue ocupada por el ejército y las fuerzas del orden con el apoyo de vehículos blindados. Según varios testimonios difundidos por la diáspora kurda, los militares emplearon munición real contra los manifestantes. De esta región era originaria Mahsa Amini (“Zhina” por su nombre de pila kurdo), cuya muerte en septiembre tras su detención por la policía de la moral (Gasht-e Ershad) fue el factor desencadenante de las protestas populares contra el régimen.
Al mismo tiempo, la oposición kurda exiliada en el Kurdistán iraquí sufrió varios bombardeos (misiles y drones kamikaze), provocando las protestas de Bagdad ante esa violación de su soberanía territorial. La represión de los manifestantes del interior y los ataques contra los militantes de los partidos de oposición kurdos instalados (...)