Misión cumplida. Desde el otoño de 2011, cientos de comités locales del Colectivo para una auditoría ciudadana de la deuda (CAC) han surgido por doquier en Francia. ¿Su objetivo? Responder al coro de editorialistas y de “especialistas” que prescriben a los ciudadanos ajustarse el cinturón para asumir el peso de la deuda. Plantean una cuestión simple: ¿hay que pagar realmente la deuda? O, para ser precisos: ¿hay que pagarlo todo? Sintetizando los casi tres años de investigaciones, un grupo de trabajo publicó en mayo de 2014 un estudio, accesible a todos, que aporta la respuesta: la parte ilegítima de la deuda francesa –la que el Estado tendría razones para no devolver– se elevaría al 59% de su importe actual.
En el transcurso de los dos primeros años de movilización, el CAC se negó a calcular la parte ilegítima de la deuda pública con el siguiente argumento: antes de calibrar la deuda, (...)