También en Ammán, las palabras se liberan. En el barrio de Lweibdeh, Nader –el dueño de un pequeño café-concert– no es un gastrónomo común: es un reconocido dramaturgo. “Así está la cultura aquí: tengo que servir coshary (plato popular egipcio) para poder hacer teatro”. El ambiente es animado. El tema de conversación es Maintenant je vous ai compris (Ahora os comprendo), la obra que parodia el discurso del ex presidente tunecino Zine el-Abidine Ben Ali. El propio rey Abdallah II asistió en persona. “¡Invítalo a un coshary y podrás convencerlo!”, le gritan a Nader.
“El reino comenzó con Abdallah y terminará con Abdallah”, les gustaba profetizar a los más encarnizados de los refractarios al poder hachemita, mientras, en el invierno de 1999, seguían las peripecias del ascenso al trono de Abdallah II de Jordania, hijo del rey Hussein, después de la muerte de este último. La frase se refiere al asesinato (...)