Todos los días, blandiendo sus pancartas, un puñado de militantes “provida” acosa a las mujeres que entran o salen de la Jackson Women Health Organization, el único establecimiento que practica el aborto en el estado de Misisipi. Hasta el punto que en 2013, la directora, Diane Derzis, ha tenido que implementar un sistema de escoltas para acompañar a las mujeres desde su coche a la puerta de entrada. “El clima realmente se ha endurecido estos últimos meses, desde que la clínica está en peligro de cerrar –se lamenta–. Los manifestantes se azuzan unos a otros.”
¿Se convertirá Misisipi en el primer estado de Estados Unidos en dejar de practicar el aborto? Sería un símbolo fuerte, ya que este territorio de tres millones de habitantes, del tamaño de Reino Unido, es también el más pobre del país. En efecto, la clínica Jackson está infringiendo una ley votada en ese estado en 2012, (...)