El premio Nobel de la paz que ganó Shirin Ebadi –el primero para una mujer musulmana- atrajo la atención del mundo hacia la lucha de las iraníes por la igualdad de derechos, y puede incluso aparecer como el signo de un progreso notable en Irán. Pero el presidente Mohamed Khatami lo borró de un plumazo, al opinar que ese premio “no es muy importante”. Con lo cual añadió otro elemento a la desilusión de los iraníes, ya descontentos con la incapacidad de los reformadores para promover una sociedad más democrática. Por lo demás, las elecciones legislativas del 20 de febrero de 2004 han sellado el fracaso de los siete años de intentos de reforma de la revolución islámico-teocrática.
Marruecos, por su lado, ha adoptado a comienzos de este año una nueva ley de familia (moudawana). Una reforma que hará época, porque fundamenta jurídicamente la igualdad entre los hombres y las mujeres (...)