Blaise Compaoré no es el primer jefe de Estado africano que ha querido modificar la Constitución para conservar el poder.
Ya lo habían hecho otros antes: en 2005, Yoweri Museveni, a la cabeza de Uganda desde 1986; Idriss Déby Itno, presidente de Chad desde 1990; en 2008, Abdelaziz Buteflika, jefe de Estado argelino desde 1999; el presidente camerunés Paul Biya, en el poder desde 1982; en 2010, Ismaïl Omar Guelleh, presidente de Yibuti desde 1999.
Varios prevén hacerlo: Joseph Kabila, presidente de la República Democrática del Congo (RDC) desde 2001; Pierre Nkurunziza, en el poder desde 2005 en la República de Burundi; los aliados de Paul Kagame, presidente de Ruanda desde 1994; Thomas Yayi Boni, presidente de la República de Benín desde 2009.
Algunos no lo lograron: el presidente de Zambia Frederick Chiluba, en 2001; y, en 2002, el presidente de Malaui Bakili Muluzi.