Originado en Estados Unidos, el modelo de inversión consistente en comprar empresas que no cotizan en Bolsa para revenderlas unos años más tarde con la esperanza de acumular una plusvalía significativa parecía poco adaptado a los países en vías de desarrollo. En estos predomina la economía informal, la influencia del Estado y la omnipresencia de grupos familiares poco proclives a abrirse a un accionariado externo. Sobre todo carecen de lo que los profesionales denominan “el ecosistema”: un conjunto de leyes, instituciones y prácticas comerciales necesarias para la profesionalización de este tipo de actividades. Además, presentan un obstáculo adicional: en los países del Golfo y en todo el mundo musulmán, donde se desaconseja el recurso excesivo a la deuda, se desconfía de estas actividades inicialmente conocidas con el nombre de leveraged buy-out (LBO) o compra apalancada.
Por lo tanto, la apuesta de Arif Naqvi era arriesgada, pero sus proezas convencieron a los (...)