¡Cuán magníficas son las manifestaciones cuando tienen lugar bajo otros cielos! Los portadores de pancartas, sobre todo si son chinos o rusos, son entonces demócratas, pacifistas y responsables. En las antípodas de las hordas de unos “chalecos amarillos” violentos, obtusos, incluso fascistas.
De esta manera, el asalto al Consejo Legislativo (LegCo), el Parlamento de Hong Kong –con puertas reventadas y oficinas destruidas por algunos centenares de manifestantes–, el 1 de julio de 2019, se convierte en “la operación más audaz” (Le Point, 3 de julio de 2019), mientras que los grafitis en el Arco del Triunfo en París y las vitrinas expositoras rotas en su subsuelo, el 1 de diciembre de 2018, daban muestras de la furia de los alborotadores. La agresión a un periodista chino de Global Times, una de las voces oficiales de Pekín, agredido, atado y transportado en un carrito por las terminales del aeropuerto de Hong Kong, (...)