“Ya no hace falta demostrar la eficacia de la videovigilancia para mejorar de manera significativa la seguridad cotidiana. Experiencias en otros países lo han demostrado ampliamente, en especial en el Reino Unido”. De esta manera, Michèle Alliot-Marie, ministra francesa de Interior, justificaba su intención de elevar el número de cámaras de vigilancia en la vía pública de veinte mil a sesenta mil.
Con más de cuatro millones de cámaras, Gran Bretaña constituye, en efecto, una referencia casi obligada en los debates sobre videovigilancia. Ahora bien, desde hace unos diez años, este país es también un campo de estudio privilegiado para los investigadores, cuyos trabajos parecen obstinarse en demostrar la enorme ineficacia de las cámaras para luchar contra el delito. Ésta es particularmente la conclusión del más exhaustivo de los informes sobre el tema, publicado por el Ministerio de Interior (Home Office) en febrero de 2005.
Dicho informe señala especialmente que las municipalidades, (...)