Los chinos, invisibles durante mucho tiempo, hicieron una entrada en el mundo de los negocios en Francia tan señalada como discutida. En unos meses se han apropiado del Aeropuerto de Toulouse-Blagnac, el Club Med, Pierre et Vacances, los hoteles Campanile y Kyriad, el club de fútbol F.C. Sochaux, la casa de alta costura Sonia Rikyel, las marcas de ropa Sandro, Maje y Claude Pierlot, sin olvidar las 1.700 hectáreas de terreno agrícola en el departamento francés de Indre... Así pues, sólo en 2015 se “colocaron” 3.200 millones de dólares (cerca de 2.900 millones de euros) en Francia, el doble que en 2013. ¿Se debe sacar como conclusión de esto que existe un peligro (amarillo) al acecho?
En efecto, el entusiasmo del dragón asiático por el gallo galo es indiscutible. Pero la realidad sigue siendo modesta: las inversiones chinas acumuladas sólo representan... el 2% del total de las Inversiones Directas Extranjeras (IDE) (...)