El jefe de Estado francés, Jacques Chirac, cuando recibe a una delegación de universitarios, transpone maquinalmente las palabras claves del liberalismo al lenguaje del management educativo: “emulación” por competencia, “autonomía” de los establecimientos por gestión empresarial, “evaluación” y “excelencia” por estimulación mediante el interés material, “dirección de proyectos” por flexibilidad y adaptabilidad. Por su parte, el Collège de France, importante sede del saber gratuito y universal, también opera su mutación. Deseoso de hacerse conocer mejor, albergó hace algunos meses la final de Dicos d’or, el campeonato de ortografía francesa de Bernard Pivot. Sin pudor excesivo y sin un debate demasiado vivo, corteja incluso a los dueños de las grandes empresas (entre los cuales está Bernard Arnault, PDG de Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH) y primera fortuna de Francia), habiendo llegado a votar la creación de una “cátedra de innovación tecnológica Liliane Bettencourt”, nombre de la principal accionista de L’Oréal... y (...)
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Universidad y patrocinio privado
por Christian de Montlibert,
mayo de 2006
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DossierGuerra de ideas
En las recientes revueltas contra el CPE (Contrato de Primer Empleo) que han tenido lugar en Francia, el entusiasmo y la vivacidad de la calle contrastaron, una vez más, con el desesperante silencio de los intelectuales.
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Ignacio RamonetEn las recientes revueltas contra el CPE (Contrato de Primer Empleo) que han tenido lugar en Francia, el entusiasmo y la vivacidad de la calle contrastaron, una vez más, con el desesperante silencio de los intelectuales. -
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Jacques BouveresseSegún las últimas noticias parece, como diría Proust, que otra vez “algo ha cambiado en Francia”. Como siempre, el problema es saber si lo real es el cambio en sí mismo, y no más bien la impresión que tenemos de él. Y en particular la sensación de que los periodistas sienten que algo ha cambiado. -
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El pueblo contra los intelectuales
Serge HalimiDesde finales del siglo XVIII, en Estados Unidos se considera que la “elite” es “condescendiente, despilfarradora, artificial, afeminada, manipuladora, más intelectual que práctica, y dependiente del trabajo de los demás”. Un cierto “populismo” conservador y religioso ha sabido sacar partido.Recuadro: Una derecha más que sencilla
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