La mejor sociedad no es la que acumula más bienes, es aquella que logra más felicidad para sus miembros. En 2008, los dos Premios Nobel de Economía Joseph Stiglitz y Amartya Sen estuvieron a la cabeza de la Comisión sobre la medición del desarrollo económico y del progreso social. Su informe, publicado el año siguiente, concluía que el bienestar de las personas depende de sus ingresos, de su consumo, de su riqueza, pero también de su educación y de su salud, de su lugar en la vida social y política, de la calidad del medio ambiente y de las posibilidades de vivir en paz: lo objetivo y lo subjetivo.
Es posible construir una sociedad mejor, más justa y más segura. Las naciones latinoamericanas se construyeron a partir de revoluciones libertadoras, de combates por la independencia y contra la opresión colonial. La historia se construye también con rupturas, sangre, dolor y lágrimas. (...)