Cuantos han leído a Wendy Brown saben bien que, en un mundo desterritorializado, la acción de erigir muros y subrayar fronteras es poco más que un grito desesperado de nostalgia por una trasnochada noción de soberanía. Dicho esto, ¿ha perdido toda virtualidad la noción de frontera? Parece más bien que la lógica de la frontera sigue vigente en la medida en que persiste la voluntad de subrayar la "otredad". Y esa lógica, paradójicamente, resurge con fuerza cuando se trata de afrontar amenazas comunes. La UE es un campo en el que ese test se verifica, poniendo en juego su propia razón de ser, su legitimidad.
Javier de Lucas es catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política. Instituto de Derechos Humanos. Universitat de València