Hemos recorrido un largo camino de varios miles de años desde la sociabilidad cercana de la tribu, que apenas tenía unas pocas decenas de individuos, a la sociabilidad extensa que incluye a toda nuestra especie, más de 7.200 millones de individuos.
Por tanto, nuestro éxito evolutivo como especie tiene que ver con nuestra capacidad para desarrollar, de forma cooperativa, sistemas de organización social capaces de proporcionar más felicidad a un mayor número de individuos de la especie. Resulta imprescindible identificar cuáles son los elementos que, al incrementar los niveles de felicidad individual y colectiva, definen qué formas de organización social son más exitosas:
1) En primer lugar que los individuos nos sintamos más libres. Por tanto, un sistema de organización social que garantice que un mayor número de personas alcancen mayores grados de libertad será mejor. Lograr esa mayor libertad para quienes no gozan de un sustancial patrimonio acumulado a lo largo (...)